Una alimentación sana es la base del rendimiento de todo estudiante. Sobre todo en épocas de exámenes, cuando todo estudiante se expone a maratonianas sesiones donde la concentración y el esfuerzo mental supone un desgaste para el que necesita prepararse nutricionalmente. El problema viene cuando, ya sea por falta de tiempo, ya sea porque nos obsesionamos con sacar adelante cuantas más pilas de apuntes mejor, no reparamos en llevar una dieta sana y acorde a las necesidades, ¿cómo puede ayudarme una residencia a alimentarnos correctamente?
En qué consiste una alimentación sana para el estudiante
Lo primero es tener claro en qué consiste una dieta sana y saludable para el estudiante, así como los buenos hábitos que la acompañen.
Nuestro cerebro es como un potente motor, y para que funcione tenemos que proporcionarle gasolina constantemente. Esto pasa por realizar cinco tomas de alimentos al día:
- Desayuno: para muchos especialistas es considerada la ingesta más importante del día, y razón no les faltan. Tienes por delante todo un día donde realizar esfuerzos físicos y mentales que sin una dieta equilibrada puede producir desgaste y que no llegues de forma óptima al final del día. Para ello debemos comenzarlo con fuerza y energía consumiendo lácteos, frutas y cereales.
- Almuerzo: entre la comida principal y el desayuno, un pequeño snack que puede venir en forma de fruta, frutos secos o barritas de cereales es lo apropiado para una recarga que nos mantenga al 100%.
- Comida: es aquí donde debemos y podemos presumir de dieta mediterránea. Verduras y hortalizas son una importantísima fuente de potasio, magnesio, ácido fólico y fibra. La pasta y el arroz si lo consumimos en su variante integral nos aporta una fuente de hidratos de carbono y vitamina B que agradeceremos para el resto del día. En cuanto al plato fuerte, no debemos temerle a las carnes y pescados mientras no sean demasiado grasos o que éstas sean insaturadas y ricas en omega 3.
- Merienda: al igual que el almuerzo de media mañana, la merienda es una «pequeña parada en boxes». Un sandwich ligero, fruta o cereales son lo ideal para este paréntesis de media tarde.
- Cena: la clave para la cena es que sea nutritiva pero ligera. Para ello los huevos (mejor en tortilla que fritos) pueden ser una buena opción, pero sobre todo la clave es evitar comidas que produzcan digestiones pesadas que puedan dificultar el sueño, ingrediente clave para una jornada estudiantil.
Aliados y enemigos de la alimentación del estudiante
La clave de una buena alimentación para el estudiante es que sea equilibrada, que no olvide ninguna de las fuentes de nutrientes principales y que sea constante, no olvidando ninguna de las tomas y recurriendo al «`picoteo» sano cada vez que haga falta.
Dentro de este picoteo, tenemos ciertos alimentos que nos sorprendería de sus beneficios mientras otros resultan nocivos para el estudio. Por ejemplo: el chocolate, ¿debemos consumirlo o alejarnos de él?
El chocolate, sobre todo si es negro, aporta grandes dosis de energía a la par que libera endorfinas que nos ayudan a relajarnos sin perder la concentración. En cambio, el café en grandes dosis (y fácilmente nos entregamos a su consumo en estos periodos…) puede desestabilizar nuestro sistema nervioso resultando más perjudicial que beneficioso para la concentración. Por ello, sustituir un café o una bebida carbonatada con cafeína por un vaso de leche con cacao nos aporta más beneficios de lo que podríamos pensar para nuestra concentración.
De igual forma, debemos suprimir las bebidas azucaradas por zumos o agua, así como tener siempre a mano un «puñadito» de frutos secos en crudo (almendras, pasas con semillas, nueces etc.).
Beneficios de una residencia con pensión completa
Cinco comidas al día, que contengan al menos cinco piezas de frutas y verduras además de hidratos de carbono, las vitaminas necesarias, proteínas, lácteos… que sean contundentes al comienzo del día y ligeras a la noche, al igual que contenga picoteo entre horas no demasiado pesados… Todo esto entendemos que abruma y resulta un complejo enigma matemático en el que no parar de contar calorías y nutrientes: algo complicado para desenvolverse cuando se está estudiando y la cabeza está en otro sitio.
Todo ello por no hablar en lo que se tarda en preparar platos que resulten a la par ricos y sanos con los mejores ingredientes que deben estar totalmente dispuestos para su consumo, ¿qué hacer en estos casos? Contar con una residencia con pensión completa que nos ofrezca servicios de buffet libre nos ayuda no sólo a cumplir a rajatabla con todos los parámetros que una alimentación sana para el estudiante requiere, sino tenerlos dispuesto para el consumo en los momentos necesarios y con la suficiente variedad como para no repetir fórmula día tras día hasta caer en el aburrimiento.
Y no sólo deben estar dispuestos en la mesa en las horas claves: de igual forma que nuestro calendario de estudio puede variar entre la mañana, tarde y noche, nuestras necesidades también, y para ello tener dispuestas máquinas expendedoras de snacks sanos y nutritivos es la solución adecuada para cuando nuestro reloj no está lo suficientemente coordinado con los del resto del servicio. ¿Necesito algo más? Puedes contar con una cesta picnic con la comida o la cena dispuesta para consumir en bibliotecas, salas de estudio o incluso al aire libre si tengo la necesidad de tomarme un respiro. ¿Tienes ya todas las claves dispuestas para alimentar tu mente?
