Vivir en la Residencia Universitaria Sarrià significa despertarse con el verde de Collserola a un lado y, al mismo tiempo, tener la ciudad de Barcelona a tus pies. En poco tiempo y con un poco de planificación, puedes estar sentado en un aula de la Universitat de Barcelona, asistiendo a una clase en la UIC o llegando al campus de ESADE en Sant Cugat. Y lo mejor es que no necesitas coche: la red de autobuses y ferrocarriles que rodea la residencia convierte cada trayecto en algo sencillo y previsible, incluso cuando la agenda se complica.
La Diagonal, puerta de entrada a la universidad
Para muchos rusidentes, la rutina empieza temprano rumbo a la Diagonal. Allí se concentran las facultades de la Universitat de Barcelona y la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). Desde la residencia, el bus H4 o el V3 se convierten en aliados habituales: bajan por la avenida y dejan prácticamente a pie la facultad. Es un trayecto directo que evita combinaciones innecesarias y, de paso, te deja cerca de librerías, cafeterías y centros comerciales.
Moverse en bus por la Diagonal también tiene otro beneficio: si alguna mañana llegas con tiempo, puedes aprovechar para parar en el corazón de la avenida y desayunar en cualquiera de sus terrazas antes de entrar en clase. Pequeños rituales que hacen la vida universitaria más llevadera.
Conexión rápida con Sant Cugat y la UAB
Para los rusidentes que tienen su campus fuera de la ciudad, como ESADE en Sant Cugat o la Universitat Autònoma en Bellaterra, también hay opciones cómodas y prácticas.
A ocho minutos a pie de la residencia está la estación de ferrocarriles de Reina Elisenda (L6). Desde allí, basta con enlazar en Sarrià para tomar la línea que lleva directa tanto al campus de ESADE como al de la UAB. El viaje es confortable, previsible y permite aprovechar el trayecto para repasar apuntes, escuchar música o simplemente desconectar antes de empezar las clases.
Universidades a un paso
La ubicación de Sarrià también juega a favor de quienes estudian en universidades privadas situadas en la zona alta de la ciudad. La UIC y la Abat Oliba CEU quedan bien conectadas desde Sarrià, a un breve trayecto en bus, sin necesidad de grandes combinaciones, con líneas como la H2 que atraviesan barrios residenciales y desembocan directamente en sus campus.
Lo mismo pasa con La Salle o Blanquerna, muy accesibles desde la residencia gracias a la red de buses que recorren la Diagonal y las calles adyacentes. En la práctica, eso significa que puedes salir de la residencia con la tranquilidad de que siempre habrá un bus que te lleve a clase. Incluso si pierdes uno, pronto llegará otro que te dejará en tu destino.
Viajar y volver: la importancia de las conexiones
No todo es ir y venir de la universidad. Muchos fines de semana toca desplazarse: volver a casa para ver a la familia, visitar a amigos en otra ciudad o simplemente hacer una escapada. En esos casos, tener el bus V7 que lleva a la estación de Barcelona Sants es una gran ventaja. Desde allí salen trenes AVE y de cercanías hacia toda Cataluña y España.
Esa facilidad para moverse más allá de la ciudad se nota, ya que puedes desplazarte con libertad sin tener que depender de un coche propio.
Y si la noche se alarga…
La vida universitaria en Barcelona se extiende más allá de las aulas. La ciudad ofrece conciertos, cenas, encuentros y actividades culturales a cualquier hora. Cuando los planes se alargan, el transporte nocturno se convierte en un salvavidas.
El N8, que conecta Plaza Catalunya con Sarrià cada veinte minutos, garantiza que nunca te quedes sin poder volver a la residencia. Saber que el bus nocturno pasa durante toda la madrugada da tranquilidad, ya que puedes disfrutar de la ciudad sin estar pendiente del reloj, porque siempre habrá una manera de regresar.
La bici y el barrio
Aunque el transporte público es la opción más práctica, algunos estudiantes optan por moverse en bici. Barcelona tiene un sistema de Bicing que facilita los trayectos cortos y conecta con otros medios de transporte. Desde Sarrià no siempre resulta inmediato, pero cada vez más residentes combinan bus o FGC con bici para llegar a clase. Otros prefieren tener su bicicleta propia y usarla para desplazamientos cortos dentro del barrio, que es tranquilo y seguro para pedalear.
Vivir en Sarrià también permite poder hacer muchos recorridos a pie. Esa mezcla de calma y proximidad convierte al barrio en un lugar perfecto para estudiar y residir.
Equilibrio entre calma y conexión
En definitiva, la gran ventaja de la Residencia Universitaria Sarrià es que combina lo mejor de dos mundos. Ofrece la tranquilidad de un entorno natural y residencial, alejado del bullicio del centro, pero al mismo tiempo está conectada con todas las universidades de Barcelona y con las principales conexiones de transporte de la ciudad.
La universidad son años de aprendizajes, pero también de trayectos, de idas y venidas, de historias que empiezan en un bus o un tren. En Sarrià esos trayectos se vuelven parte natural de tu vida en la ciudad, acompañándote en cada capítulo de tu etapa universitaria.