El mes de septiembre es tradicionalmente, un momento de cambio, de retomar viejas metas olvidadas y de dar el paso a alcanzar esos logros que de verdad nos importan en la vida.

En el campo académico, es el punto de partida del nuevo curso. Fin de una etapa, el verano, las vacaciones, los amigos, las siestas largas, para abrir la puerta a la disciplina, los esfuerzos y las rutinas si de verdad queremos aprobar y avanzar.

Ha llegado el momento de formalizar matrículas  y poner el foco en el rendimiento académico. En el caso de que la Universidad esté cerca del núcleo familiar, el alojamiento que elijamos para residir a partir de ahora es determinante.

De esta decisión dependerá nuestro estilo de vida, que vamos a tener que construir a partir de este momento. Y es justo ese estilo de vida el que marcará cómo nos vaya en la facultad. Cuanto más liberados estemos de tareas superfluas y más concentrados en los apuntes, mejor nos irá.

Para ello, el apostar por estudiar en una residencia universitaria es la mejor opción. ¿Conoces sus ventajas? Te las contamos a continuación.

Los 8 factores que te harán la vida más fácil si te alojas en una residencia de estudiantes

Dormitorio solo o acompañado. Tú decides si prefieres residir en una habitación individual o acompañado. Cada persona somos un mundo, por lo que elige lo que mejor se adapte a tus gustos. Quizá en el primer curso estar acompañado te ayude a socializar y sentirte menos solo.

Todo incluido. Despreocúpate de la limpieza, la comida, ir al súper, preparar las cosas… la residencia se encarga de aportarte todas las comodidades para que tú ejerzas como excelente estudiante.

El mejor equipamiento. A lo mejor en las primeras búsquedas no lo consideres relevante, pero las aulas y extras que incluya la residencia son importantes. Por ejemplo, en Residencia Universitaria Sarriá cuentas con salas tan diferentes como las de arquitectura, música, grabación, idiomas así como zonas deportivas, piscina o de relax. Ello facilita que tengas ambientes distintos y que tu comodidad no solo dependa de tu dormitorio como tal.

Compañeros. Desde el mismo día que comiences el curso, ya tienes personas en tu misma situación con los que hablar y compartir tus inquietudes.

Desplazamientos. Las residencias suelen estar ubicadas en los mejores emplazamientos, próximas a facultades y con buenas comunicaciones.

Facilidades. Las propias residencias se encargan de que el estudiante esté cómodo y hacer todo lo posible para que el alojamiento se adapte a sus necesidades.

Buena conexión. No te tienes que preocupar de los proveedores, ya que la residencia se encarga de que cuentes con los mejores servicios, incluido el de internet.

Soporte. Tanto tú como tus padres contaréis con la asistencia personalizada de la residencia, para la tranquilidad de todas las partes.

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