Una de las llamadas más recurrentes a nuestros padres una vez nos hemos trasladado a la residencia unversitaria en Barcelona, se produce tras un incidente con nuestra ropa que un lavado cotidiano no ha sido capaz de resolver. Esas manchas difíciles de esa taza de café que nunca debimos colocar tan cerca de nuestros apuntes (y ropa…), ese maquillaje que queda en los cuellos de las camisas y que el detergente no ha sido capaz de quitar, un desafortunado bolígrafo que ha soltado tinta en nuestra mochila…. Manchas rebeldes que ni contando con la más sofisticada lavandería autoservicio somos capaces de quitar.
Como desde la Residencia Sarriá queremos que las llamadas a nuestros padres sea solo para saludar y ponerlos al día, y no para que nos hagan de asistentes, ante este panorama doméstico, tenemos dos posibles soluciones:
- Contar con ayuda profesional mediante el servicio de lavandería de la residencia: porque nunca viene de más una ayudita externa y porque nuestro tiempo es oro y no merece la pena destinarlo a una inoportuna mancha de chocolate.
- Contar con los siguientes consejos para estudiantes universitarios sobre cómo lavar la ropa y eliminar las manchas rebeldes: porque forma parte de la experiencia estudiantil ser cada vez más autosuficientes y ser capaces de solucionar todo imprevisto académico y también doméstico.
Consejos para universitarios: cómo eliminar diferentes tipos de manchas
Debemos diferenciar dos tipos de coladas antes de poner una lavadora: aquella que la ponemos porque la ropa ha sido usada con frecuencia, y aquella que la ponemos porque la ropa se ha manchado.
Para este segundo tipo de colada, antes de introducir la ropa en el tambor de la lavadora, debemos tratar las manchas. Es decir, previo al lavado de siempre intentar quitar o reblandecer la mancha que queremos que desaparezca.
Para ello, es muy importante que evitemos frotar sobre la mancha: mucho mejor rascar si se encuentra seca o usar una esponja o un producto que la pueda absorber, ya que en el caso de frotar estaremos extendiéndola o desgastando las fibras, lo cual resulta contraproducente.
Por otra parte, conviene tratar la mancha del revés, con la prenda vuelta hacia el interior, ya que así estaremos expulsándola e impidiendo que se adhiera a la ropa en profundidad. Por esta misma razón debemos evitar tratarla con agua caliente, ya que aunque conseguiremos reblandecerla mejor y eliminarla en superficie, el calor ablandará las fibras permitiendo una mejor absorción de la mancha y adheriendola en el interior del tejido.
Por último, al igual que no debemos frotar, debemos limpiar siempre en movimientos circulares del exterior de la mancha hacia el interior. De esta forma concentraremos la mancha evitando que se extienda y tratando una única superficie.
Consejos para universitarios: como tratar manchas difíciles
Los anteriores consejos son perfectos para manchas comunes, pero existen una serie de sustancias por todos temidas que necesitan de toda nuestra atención para quitarlas y que nos hacen cruzar los dedos para que tras el tratamiento, salga la ropa perfecta del tambor. Es el caso de las siguientes manchas:
- Tomate: quién no ha acudido a los socorridos espaguetis en alguna ocasión en casa de un amigo o se les ha escurrido del plato en el restaurante buffet de la residencia produciendo una inoportuna mancha. En estos casos lo mejor es que cuanto antes apliquemos agua fría y detergente líquido. Si tenemos previsto poner una lavadora a corto plazo, lo mejor es adelantarla para tratar esta mancha, ya que con el lavado «normal» saldrá sin problemas. SI no es así, tratar con un lavado a mano siguiendo los anteriores consejos, ya que lo más importante es no esperar a que la mancha se reseque.
- Sudor: a todos nos pasa que llega un día caluroso de verano a pleno sol y a quien más y a quién menos le aparece un cerco amarillento en la zona de las axilas, puños y cuellos, o ese día que el entrenamiento en Can Caralleu nos coje sin ropa de deporte y «estropeamos» una camiseta dejándola echa unos zorros. Para estos casos la solución pasa por introducir junto a la ropa sudada medio limón envuelto en un calcetín limpio (mejor si está usado por no estropearlo… puede servirnos ese medio par al que no le encontramos pareja desde hace meses). Este consejo también sirve para blanquear esas camisetas, camisas y ropa blanca que ha perdido brillo o ha amarilleado con el paso del tiempo.
- Café: ¿nervioso ante los exámenes y el «tembleque» te ha jugado una mala pasada con la taza? prueba a eliminar la mancha con una mezcla a partes iguales de vinagre blanco y alcohol.
- Maquillaje: aprovecha ese vinagre que tan bien te ha venido con el café para sumergir la prenda junto con agua antes del lavado normal.
- Tinta: desaconsejamos totalmente llevar los bolígrafos en los bolsillos por esta misma razón, pero si has tenido un percance con ellos, el calor ha hecho que «revienten» dentro de tu mochila o te has despistado a la hora de ponerles el capuchón, aprovecha el medio limón que no has usado para quitar las manchas de sudor para con su zumo sumergir la mancha durante una hora. Después aclarar con abundante agua y ¡a la lavadora!. Tambien sirve si usas leche templada (recuerda: nunca caliente).
- Sangre: no hace falta meterte en una pelea para sufrir una mancha de sangre: un rasguño inesperado, una rozadura del zapato o una rascada más fuerte de lo normal puede hacer que en nuestra ropa aparezcan estas marcas. Ante ello, nada como un chorrito de agua oxigenada en agua (sin pasarnos).
- Chicle: es común que en épocas de estudio «rumiemos» más de la cuenta comiendo chicle y se nos escape un trozo o que seamos víctima de un maleducado que ha dejado el suyo en cualquier parte. Ante estos casos un consejo muy de los de toda la vida es aplicar hielo sobre la mancha. Si ante el frotar de un trozo no se desprende fácilmente, prueba a introducir la prenda en el congelador, y si ha dejado cerco, aplícale un chorrito de alcohol.
Con estos prácticos consejos ya no debemos temer ni a enfrentarnos a la lavadora con miedo a que no nos salga la ropa limpia, ni al no recuperar nuestra prenda favorita por un despiste.
